Henri Cartier-Bresson
Henri Cartier-Bresson fué concebido, según él mismo, en un hotel de Palermo durante el viaje de novios de sus padres. Nacido en francia el año 1908, sus primeras experiencias con la fotografía empezaron con una cámara Kodak Box Brownie, una de las primeras series de cámaras pensadas para su uso por no-profesionales. Aún así, los orígenes artísticos de Cartier-Bresson se basaron en la pintura, realizando sus estudios de arte y trabajando en París.A los 22 años, y de vuelta a París para recuperarse de una grave afección de fiebres, fué cuando descubrió su pasión por la fotografía, y encontró los inicios en su desarrollo artístico en la toma de fotografías de las calles y sus gentes."Rondaba las calles todo el día, me sentía tenso, listo para disparar". Estaba convencido a capturar la vida en su mismo acto de vivir.
Su primera cámara en esta nueva y reveladora fase de su vida fué una Leica, y desde entonces, nunca más se separaría del formato de 35mm.Desde entonces su carrera profesional emergió gracias a los numerosos viajes que realizó por todo el mundo, que, junto a su creciente experiencia y reputación, le permitieron estar presente y capturar a su estilo instantes tan trascendentes como la segunda guerra mundial, la guerra civil española, la entrada de Mao en Pekín, o la muerte de Ghandi, al tiempo que pudo retratar a personajes tan importantes como Fidel Castro, el Che Guevara o Pablo Picasso.
Aunque llegó a dedicarse durante un tiempo incluso a la industria del cine, su carrera profesional terminó siempre abocándose al fotorreportaje, y llegó el punto en que incluso fundó y presidió Magnum, una agencia fotográfica cooperativa entre Nueva York y París, junto con otros reconocidos fotógrafos como Robert Capa y David Seymour.Cartier-Bresson imprimió en sus fotografías el espíritu comunicador y periodista que inevitablemente terminó marcando su carrera, pero manteniendo su fe en un estilo artístico que desarrolló de forma autodidacta, fruto de una increíble pasión personal por la captura del instante y la comunicación sensitiva más allá de la emulsión fotográfica.Uno puede adorar sus fotografías incluso sin conocer la trascendencia política o social que existe tras la mayoría de su trabajo.
La fotografía es, en un mismo instante, el reconocimiento simultáneo de la significación de un hecho y de la organización rigurosa de las formas percibidas visualmente, que expresan y significan ese hecho.
Cartier-Bresson imprimió en sus fotografías el espíritu comunicador y periodista que inevitablemente terminó marcando su carrera, pero manteniendo su fe en un estilo artístico que desarrolló de forma autodidacta, fruto de una increíble pasión personal por la captura del instante y la comunicación sensitiva más allá de la emulsión fotográfica.Uno puede adorar sus fotografías incluso sin conocer la trascendencia política o social que existe tras la mayoría de su trabajo.
La fotografía es, en un mismo instante, el reconocimiento simultáneo de la significación de un hecho y de la organización rigurosa de las formas percibidas visualmente, que expresan y significan ese hecho...
Fuente: fotopunto
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