14 de junio de 2010

Iluminati!

Transformar-Nos

Todo buscador comienza su camino con una meta, consciente o inconsciente: iluminarse. El punto está en cuál es la creencia que cada uno tiene sobre la iluminación. Cuando le preguntaron a Osho: ¿Qué sucedió cuando te iluminaste? Contestó: "Me reí, una risa realmente escandalosa, al ver el completo absurdo de tratar de iluminarme, nacemos iluminados, no podemos alcanzar lo que ya tenemos, es un absurdo". A muchos les disgusta esta respuesta, es como "pinchar un gran globo". Es entonces muy fácil quedar atrapados en esa fantasía, a veces casi adictiva, como tantos otros deseos, e inclusive, convertir esa meta en una buena excusa para no vivir el presente, para no vivir el aquí ahora y no responsabilizarnos de las acciones que generamos a cada momento, día a día, a cada instante. Bajar a tierra, soltar las ilusiones, o sea, expandir la consciencia de "a lo que respondemos”, significa: “transformar-nos”. Cuando esto sucede, cuando podemos elegir ser los protagonistas de nuestras vidas, nunca más nos enamoramos... pero no solo de una mujer o de un hombre, sino tampoco de un trabajo, de un proyecto, de una ilusión o de cualquier cebo-trampa que el ego nos pone.Lo que hace que vivamos con la constante de la "zanahoria que nunca se alcanza", y en lo concreto, en la vida cotidiana terminamos siempre frustrados y por lo tanto victimizados sin alcanzar a ver que dentro nuestro hay una permanente adicción a la conexión con el deseo. De hecho nos resulta más fácil enamorarnos que amar. Enamorarnos no requiere aceptar al otro como es, ni a las cosas como son, lo teñimos de nuestra necesidad. Amar sí. Amar es pura consciencia para despertar y aceptar-nos como somos, y por lo tanto aceptar la realidad despojándonos de las ilusiones en todos los planos. Es dejar de necesitar al otro o a las cosas y sostenernos en la confianza en nosotros y la existencia, que requiere necesariamente un camino de autoconocimiento e integración con uno mismo. Y dicho así, parecería una odisea muy difícil de alcanzar... a veces casi una utopía. Hay una llave para facilitarlo... la capacidad de dudar. Es el primer puente a la aceptación, abandonar la mente que opina e ir hacia adentro, observar todas y cada una de nuestras creencias, sensaciones, emociones, con la consciencia de ir más allá de cualquier juicio que intervenga... y aceptar... sea lo que sea. Surge entonces inevitablemente la percepción de la confianza y su correspondiente desconfianza para mirarnos. Soltar la ilusión es soltar el ego, es soltar los falsos anclajes, es soltar las máscaras, disfraces y mentiras con lo que hemos armado nuestra personalidad. Soltar la ilusión es madurar, es aceptar nuestra soledad existencial y comenzar el camino de la integración, el amor y el compartir, sin condiciones, más allá de las expectativas y los deseos. Y cuando el corazón habla... las palabras pierden su sentido.


Tabdar

"Da, aunque no tengas más que muy poco que dar".


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